Libérate
perdonando
Autor: Francisco Antonio Rodríguez Figueroa
Autor: Francisco Antonio Rodríguez Figueroa
Palabras del autor
Este
libro nos narra como Dios en su infinita misericordia envió a su hijo unigénito
para el perdón de los pecados, ya que las personas somos inestables y cometemos
muchos errores en el transcurso de nuestras vidas; para que seamos libres en
Cristo Jesús y Él quien derramó para nosotros su preciosa sangre, esa sangre que nos
hizo libres aún hoy en día, y cada día; nos hace merecedores de ser sus hijos a través de
su hijo Jesucristo.
Las
personas mueren hoy en día sin arrepentirse, sin conocer a Dios ni mucho menos
a Jesucristo su hijo unigénito que sufrió los tormentos más atroces para
cumplir el mandato de Dios, quien es su Padre y ahora es nuestro Padre que está
en los cielos.
Bien
las personas que no han conocido las grandezas de Dios tampoco no han conocido
a Jesucristo y al Espíritu Santo quien es la tercera persona de Dios y es el
legado que Jesucristo nos dejó y nos diera su luz y los dones.
Jesucristo
es y será el hijo del hombre que envió Dios para el perdón de los pecados y
siendo Jesucristo nuestro, el salvador y libertador de cada uno nosotros para que
ninguno se perdiera y todos fuéramos salvos por la gracia de Dios.
Si,
nosotros somos parte de Cristo ya que Jesucristo nos dio de ese amor infinito
para que seamos salvos por la gracia de Dios, ese amor que es el Don de Dios
dado a los hombres para que todos nos amemos y fuéramos todos juntos libres y
viviéramos en paz y armonía.
Esa
paz y esa armonía fue dada por Dios a través de su amor, su misericordia al
contemplar, cómo sus hijos para que, a través de Jesucristo, nosotros
pidiéramos perdón por todos los errores y fuéramos transformado hacia una nueva
vida en Cristo Jesús que hace que la llama o el fuego sagrado este dentro de
cada uno de nosotros y así, fuéramos salvos para estar en la presencia de Dios.
Todos
somos parte de Cristo porque, somos sus hermanos y si, somos sus hermanos a
través de la ley, perdón, el fuego y el espíritu de Dios que nos ha ungido con
aceite, ese aceite que nos hace ser ungidos y merecedores de la vida eterna a
través del Espíritu Santo.
Cada
uno de nosotros somos salvos por la gracia de Dios, siempre y cuando tengamos a
Jesucristo en Nuestro corazón para que
nuestras vidas sean cambiadas o transformadas para que seamos salvos por la
gracia de Dios quien es el dador de todas las cosas aquí y en cualquier lugar
del universo y el mundo para que seamos partícipes de la vida eterna que
Jesucristo nos prometió para que estemos ante la presencia de Dios, quien nos
ama a través de su ternura y misericordia como sus hijos legítimos y nos da la
vida eterna.
Entonces volvió Moisés al SEÑOR y dijo: "¡Ay!, este pueblo ha
cometido un gran pecado: se ha hecho un dios de oro.
"Pero ahora, si es Tu voluntad, perdona su pecado, y si no, bórrame
del libro que has escrito."
Y el SEÑOR dijo a Moisés:
"Al que haya pecado contra Mí, lo borraré de Mi libro.
"Pero ahora ve, conduce
al pueblo adonde te he dicho. Mi ángel irá delante de ti. Pero el día que Yo
los visite, los castigaré por su pecado."
Y el SEÑOR hirió al pueblo por
lo que hicieron con el becerro que Aarón había hecho.
Éxodo 32:31 – 35
Nueva Biblia Latinoamérica de Hoy (NBLH)
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Francisco Antonio Rodriguez Figueroa Profeta |
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